Aumento de Fuerza

Dentro del entrenamiento es necesario someter a la musculatura a una dosis de estímulo superior al mínimo acostumbrado para que se produzcan adaptaciones. El catabolismo (destrucción) es necesario para la mejora y éste debe estar en equilibrio con el anabolismo (construcción) para que existan cambios tanto a nivel metabólico como muscular (sarcomérico). Si se desea aumentar la fuerza de una persona nunca hay que olvidar este equilibrio entre catabolismo y anabolismo.

Como bien evidencia el Dr. Doug McGuff (McGuff, D., & Little, J. 2009), cuando una persona no entrena con intensidad no se va a producir un estímulo suficiente para activar las fibras musculares de alto umbral, que son aquellas que presentan mejores condiciones para desarrollar fuerza (dosis insuficiente). Periodos prolongados sin estimular este tipo de fibras van a conllevar una pérdida o atrofia de este tejido. No hay que olvidar que el cuerpo es experto en economizar recursos. Dado que el músculo es “caro” a nivel metabólico (necesita más calorías que otro tipo de tejido para funcionar), el cuerpo va a prescindir de él si éste no se utiliza.

A su vez, cuando una persona entrena en exceso y no da a su cuerpo el tiempo suficiente para recuperarse va a entrar en un estado de sobreentrenamiento y su fuerza, en vez de aumentar, se va a reducir.

El entrenamiento de alta intensidad en el que se especializa Ikaika, disponible, por ejemplo, en nuestro Programa de Acondicionamiento Físico, va a permitir estimular todos los tipos de fibras del tejido muscular para obtener una mejora óptima de la fuerza. Y no sólo eso, lo va a hacer con la máxima seguridad. Esto es debido a varios aspectos:

Seguridad:

El entrenamiento lento evita aceleraciones que puedan dañar nuestras articulaciones. La segunda ley de Newton lo explica claramente. Dado que la fuerza es igual a la masa por la aceleración (F=m*a), cuando nosotros estamos realizando un ejercicio a alta velocidad la aceleración se incrementa, incrementándose también la fuerza que reciben nuestras articulaciones. Si esta aceleración no está controlada, nuestro sistema articular puede recibir una cantidad de fuerza superior a la que ella es capaz de soportar, produciéndose un daño del tejido.

Reclutamiento de fibras:

Con el punto anterior podemos llegar a pensar de forma errónea que si movemos la carga de forma lenta el esfuerzo será bajo. Aquí es importante remarcar que la velocidad del movimiento no tiene nada que ver con el esfuerzo del ejecutante. A pesar de que la velocidad de ejecución es lenta, en Ikaika llevamos a nuestros clientes a una alta intensidad. Sólo cuando trabajamos con intensidades altas vamos a conseguir incursionar todas las fibras musculares, obteniéndose las mayores mejoras de fuerza y de ganancia de masa muscular.
Además, a través de las mediciones que realizamos con nuestros equipos médicos MedX, vamos a poder obtener información referente a los periodos de descanso necesarios para cada persona, adaptando cada entrenamiento a la condición física y genética de cada persona. No lo dudes y descubre una forma diferente de entrenar la fuerza. ¡Únete a la experiencia Ikaika!

Bibliografía

  • McGuff, D., & Little, J. (2009). Body by Science. McGraw-Hill Education.